El impacto del deporte en la sociedad es enorme, y mucho tiene que ver con su utilización como herramienta de integración social. El hecho de generar una unión con un objetivo en común es un aspecto atribuible tanto al deporte como a la sociedad, y en ambos casos es necesario partir de valores que se puedan transmitir para fortalecer esa unión. Hoy hablamos del deporte como metáfora de la sociedad y de la vida.

El deporte como metáfora de la sociedad y de la vida

Deporte como metáfora de la sociedad

Por un lado, el deporte puede ser un reflejo de la propia sociedad. Según el diccionario, el deporte se define por dos características básicas. La primera lo describe como ‘una actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas’.

La segunda lo enfoca un poco más en el aspecto que estamos desarrollando en este artículo. Definiéndolo como ‘recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo general al aire libre’.

El carácter formativoEn esta segunda definición, podemos observar un interesante paralelismo del deporte como metáfora de la sociedad, y es que en ambos casos estaremos sujetos a unas normas para poder competir, entrenamientos para mejorar de forma individual y colectiva, o incluso también disfrutar y divertirnos mientras ocupamos nuestro tiempo libre.

La formación, en la vida, puede tener su metáfora con el entrenamiento en el deporte, ya que en ambos casos estaremos intentando mejorar enfocados en nuestro futuro, ya sea profesional, de vida, deportivo, etc. A la hora de la competición, el trabajo resulta el aspecto más destacado de la vida con estas características, donde además de competir con nuestros compañeros, amigos y hasta otras empresas del sector, estaremos en una constante competencia con nosotros mismos.

Por último, el estar sujetos a normas y leyes, también es parte del juego para garantizar esa competitividad. Un juego que, por suerte, también cuenta con tiempo libre en el que podremos descansar de la vorágine vivida.

Deporte y cultura

Como tantos otros aspectos de la cultura humana, la actividad física y el deporte se agrupan dentro de un sistema sociocultural desde el cual se definen las características que la conforman. Es imposible dejar fuera de ese sistema a un fenómeno que resulta tan relevante a nivel social y que forma una parte tan importante dentro de la vida de las personas. Pero es que además contiene elementos característicos de la sociedad de la cual forman parte. Y hasta genera movimientos importantes en el resto de las instituciones que la integran.

Deporte y culturaEn su obra ‘La cultura en juego’, Silvia Capretti explica que la relación del deporte como metáfora de la sociedad “supone una fuerte heterogeneidad de aspectos incluso contradictorios: juego y espectáculo; negocio y pasatiempo; pasión y burocracia; fair play y violencia; normatividad y ocio; diversión y fatiga, disciplina; procesos de socialización y de selección, diferenciación”. Son tantos los aspectos que se abarcan dentro del deporte que resulta imposible no conectar todas esas características, en principio tan opuestas, pero a la vez tan similares, con la propia cultura, plagada de este tipo de contradicciones.

Quizá el éxito del deporte como fenómeno social recaiga en la capacidad simbólica para representar todas esas contradicciones que a su vez parecen representar por un lado el orden, el respeto por las normas, la unión y los objetivos en común. Mientras que por el otro también forma parte del caos, la picardía para sacar una mínima ventaja o la excesiva competitividad con rivales y compañeros.

Quizá también, la explicación en la profundidad que logra insertar en la cultura también tenga que ver con esos diferentes comportamientos y valores que son tan propios de los seres humanos en todas sus facetas, ya sean políticas, sociales y de la vida en general.

El carácter formativo

Deporte como metáfora de la sociedadEl deporte como metáfora de la sociedad también encuentra otro aspecto interesante en su carácter formativo. El hecho de que se aprenda muchísimo más en la derrota que en la victoria es un gran paralelismo con la vida. Donde la búsqueda del perfeccionamiento, la disciplina y el carácter se forma, sobre todo, durante los malos momentos.

Es también durante esas derrotas donde se crean los lazos más fuertes. Y tanto el deporte como la vida en general nos han mostrado grupos de personas que han encontrado en sus compañeros de equipo, de origen social, etnicidad o clase económica, alguien con quienes luchar por un objetivo sin dejarse caer los unos a los otros.