A menudo cuando practicamos un deporte podemos vivir diferentes situaciones en las que surge una emoción predominante conocida como la frustración. Fallar en una situación límite, perder la concentración por un segundo, o no lograr el resultado esperado son solo algunas de las situaciones que se caracterizan por frustrarnos o por hacernos estallar de ira. Esta última (la frustración deportiva) tiene un punto negativo relacionado con una acción presente. Y Psicología emocional y frustración deportiva   en caso de activarse puede complicar nuestro desempeño en ese momento puntual. Pero la primera puede desencadenar incluso en un problema aún más grande. Ya que tiene la capacidad de generar un sentimiento que nos haga plantear si no sería mejor abandonar la actividad que estamos realizando en lugar de seguir intentando hasta lograr nuestro objetivo.

Esta experiencia cognitiva, conductual y emocional que se desencadena ante este tipo de situaciones en el deporte ha sido definida desde la teoría de diferentes autores como ‘Frustración’. Y basándonos en varios aspectos psicológicos relacionados con la inteligencia emocional y prácticas de la neurociencia, podemos profundizar en algunas técnicas para mejorar en estos aspectos.

Introducción a la inteligencia emocional para combatir la frustración deportiva

Empatía e inteligencia emocionalHay múltiples beneficios que se obtienen del propio hecho de hacer deporte de manera rutinaria, uno de ellos es el cambio que se produce a nivel mental a la hora de realizar una actividad física. Sin embargo, este beneficio que proviene de la mejora del estado de ánimo resulta aún más visible en las personas sedentarias que no están acostumbradas a practicar este tipo de ejercicios. De hecho, la principal diferencia es que quienes practican habitualmente un deporte obtienen el efecto inverso. Y su estado de ánimo cambia los días que no lo realizan, sintiéndose peor esos días en particular.

Pero la inteligencia emocional no está tan relacionada con el estado de nuestra mente a la hora de realizar ejercicio de manera general. Sino que está mucho más enfocada en cómo nos afectan las emociones que surgen de manera repentina mientras desarrollamos nuestra actividad. Según Daniel Goleman, autor en 1995 del bestseller Inteligencia emocional, la define como “una forma de entender a la inteligencia más allá de los aspectos cognitivos. Tales como la memoria y la capacidad para resolver problemas. Sino más bien como la capacidad para dirigirnos con efectividad a los demás y a nosotros mismos. De conectar con nuestras emociones, de gestionarlas, de automotivarnos, de frenar los impulsos y de vencer las frustraciones”.

Básicamente esto quiere decir que para lograr controlarnos a nosotros mismos es necesario ser capaces de reconocer las emociones y la forma en que nos impactan.

Técnicas para un mejor control ante la frustración deportiva

Siguiendo en la línea de las investigaciones del autor, nos explica que hay 4 factores fundamentales que se deben tratar a nivel mental para lograr hacer un buen uso de esa inteligencia emocional. Y que de esa forma logremos controlar la ira y la frustración. Ya que son absolutamente aplicables al mundo del deporte:

Autoconciencia emocional:

Este primer punto debería ser el inicio del camino hacia una mejor gestión de nuestras emociones. Y hace referencia a la capacidad de conocernos a nosotros mismos para saber lo que sentimos para estar de cierta forma siempre conectados a nuestros valores más esenciales. Si estamos en contacto constante con nuestras realidades internas podremos actuar en consecuencia con nuestro mundo emocional.

Automotivación:Introducción a la inteligencia emocional

Esta habilidad sirve para poder enfocarnos en un objetivo. Si logramos reconocer hacia donde estamos yendo será mucho más fácil recuperarnos de los contratiempos y todos los enfados y broncas podrán desaparecer automáticamente de nuestro cerebro. Por otro lado, no habrá lugar para la frustración. Ya que a pesar de fallar en un momento importante sabremos que seguiremos intentándolo las veces que sea necesario. Porque nuestra meta es mucho más importante que cualquier error que se cometa durante el camino.

Empatía:

Goleman habla de que en nuestras relaciones con los demás hay cuestiones que van más allá de las palabras. Haciendo referencia al tono de voz, la mirada, el lenguaje gestual de nuestro cuerpo, las expresiones, etc. A la hora de relacionarnos con nuestros compañeros en un deporte grupal, nunca podemos perder de vista estas cuestiones. Y el hecho de que hayan cometido un error no debe producirnos una frustración deportiva que genere una pelea dentro del equipo. Siempre debemos considerar que los demás también tienen emociones y sentimientos que gestionar. Y de nada servirá que le remarquemos el error. Porque en los deportes de grupo nuestro correcto estado mental es tan importante como el de los demás si queremos conseguir los objetivos.

Habilidades sociales:

Técnicas psicológicas ante la ira y la frustración deportivaPor último, menciona a nuestra capacidad de lidiar con los problemas a nivel social. Y cada equipo es una sociedad en la que en cualquier momento se puede producir una frustración deportiva. Cada uno de los conflictos que se produzcan dentro del campo de juego, después limitaran la capacidad de disfrutar de las relaciones y de construir un entorno sano, cómodo y productivo. Jugar con eso en mente, también puede ser una buena técnica para controlarnos psicológicamente. Porque, aunque hay una famosa frase que dice que los problemas que ocurren dentro del campo se quedan dentro del campo, todos sabemos que muchas divisiones de grupos comenzaron dentro, pero finalizaron fuera del mismo.

Finalmente, debemos mencionar que la plasticidad de nuestro cerebro nos permite desarrollar este sistema de inteligencia emocional para poder lidiar con la ira y la frustración deportiva. Mediante diferentes estímulos, prácticas y aprendizajes basados en la neurociencia, se construyen nuevas conexiones a nivel mental para lograr ser mejores en las cuatro áreas anteriores.